jueves, 22 de octubre de 2015

CAPÍTULO 23 (ESPESIAL VUELTA AL FANFIC :D) | Flashback

Un mes antes de la mudanza de Laura

¡Hola, cariño!

- Hola, preciosa.

Hacía solo un segundo que le había dado al botón de videollamada para hablar con Sele, ya que hacía mucho que no hablábamos y aproveché que Cristian, mi novio, no estaba en casa.

- ¿Cómo estas?

- Bien, ¿y tú?

- Perfectamente. Dentro de una semana Jorge y yo hacemos dos años de novios – comunicó Sele emocionada

- ¡Qué bien! Dentro de dos años más, quiero una invitación a la boda – las dos reímos

- Tranquila, serás la dama de honor – me guiñó un ojo

Abrí la boca para decir algo, pero oí la puerta de entrada abrirse y cerrarse: Cristian había llegado a casa.

- ¡Mierda!

- ¿Pero qué pasa?

- Cristian.

- Vaya...

- Te tengo que dejar. Te enviaré un mensaje luego, ¿vale preciosa?

- De acuerdo preciosísima. Chao.

- Chao.

Cerré la pantalla del ordenador a la vez que se abría la puerta de la habitación mostrando a un muchacho alto, muy corpulento, con el pelo castaño rapado y, al parecer, de mal humor.

- ¿Con quién hablabas?

- Con Selena.

- No me mientas. Seguro que estabas hablando con tu amante.

- No, ya te he dicho que estaba hablando con Selena. Y no tengo ningún amante.

- No te creo – sin que me diera cuenta, ya me tenía fuertemente agarrado del brazo, a pocos centímetros de su cara de mosqueo -. ¿Con quién hablabas?

- ¡Ya te lo he dicho! ¡Estaba hablando con Selena!

- ¡A mí no me levantes la voz! - su agarre a mi brazo era cada vez más fuerte, haciendo que me doliera más y más, además de que estaba apretando justo en el sitio donde me dejó un moratón el otro día - ¡Dime ya con quién hablabas! ¡Y no me digas que con Selena, porque no te creo!

- ¡Con Se...!

- ¡Mentirosa! - gritó fuertemente a la vez que me daba una bofetada en la mejilla, tirándome hacia la cama - ¡DIME QUIÉN ES ESE!

- ¡No hay ningún “ese”! - una lágrima se asomaba por mi dolorida mejilla. La aparté inmediatamente. No me había visto llorar nunca, y ese no era el momento - ¿Por qué te crees que te engañaría?

- ¡PORQUE ERES UNA PUTA QUE SE ACUESTA CON TODOS!

Me cogió de la pierna y me arrastró hasta el suelo, frío y duro. Me dio una patada en las costillas, seguida por un alarido mío. Con las fuerzas que me quedaban pude gritarle:

- ¡No soy una puta! ¡Sabes que te quiero a ti y solo a ti!

- ¡Pues no se nota! ¿A dónde vas cada mañana?

- ¡A trabajar, algo que tú deberías hacer para que no nos deshaucien!

- ¡Mientes! - otra patada en las costillas - ¡Seguro que te quedas ahí hasta que me voy después de acompañarte y te vas con otro! ¿Pues sabes qué? ¡Eres mía! ¡Mía y de madie más! ¡A ver si te cabe en la cabeza!

- ¡Eso no tiene sentido!

- ¿Que no? ¡Sí que lo tiene, porque es lo que haces! Sucia rata... Me voy al bar. Cuando vuelva, quiero la cena hecha y que dejes de replicar.

Me dio otra patada más y se fue por la puerta. En cuanto oí el portazo, me encogí en el suelo y dejé que los sollozos salieran, hasta no poder más.

No lo entendía; cuando empecé el último año de facultad y le conocí parecía muy buena persona, pero ahora es un monstruo. Ya era la cuarta vez que me mudaba éste año y era la cuarta que me encontraba y se quedaba conmigo. Era una pesadilla.

Una hora después, me levanté como pude, sequé mis lágrimas y fui a por una maleta. La llené con media despensa, mi portátil, mi cartera, el móvil, un poco de ropa, zapatos y maquillaje suficiente para taparme los moratones. La cerré y salí corriendo antes de que Cristian volviera.

Divagué por la ciudad durante horas, o minutos. Había perdido la noción del tiempo. Había encontrado un banco abandonado que estaba abierto para poder dormir durante las próximas semanas, otra vez. Le pregunté al vagabundo que estaba allí si podía dormir allí, a lo que él aceptó. Me fui a una esquina, extendí una manta que cogí en el suelo y doblé una chaqueta para utilizarla de almohada. Posé la cabeza en ésta y me dormí entre sollozo y sollozo; mañana reinventaría mi vida, otra vez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario