Ya habíamos grabado el vídeo cuando Wilson saltó por la ventana. Fui corriendo a por él, pero me encontré a Lau a mitad de camino. Menos mal, con Wilson en sus brazos. La invité a pasar para que Mangel y Alex me dieran su opinión.
Estuvimos un buen rato jugando los cuatro, hasta que le pedí a Alex que me acompañara a mi habitación. En cuanto entramos, él habló.
- ¿Qué quieres? Estaba teniendo una racha buenísima.
- Quiero que me digas qué te parece Lau.
- Vaya, qué directo. Bueno, me parece muy maja.
- ¿Te cae bien?
- Sí, pero... ¿a qué vienen todas estas preguntas?
- Quiero que me digas qué te parece Lau.
- Vaya, qué directo. Bueno, me parece muy maja.
- ¿Te cae bien?
- Sí, pero... ¿a qué vienen todas estas preguntas?
- Es que... No quiero que os caiga mal...
- ¿Y por qué quieres que nos caiga mal?
- No quiero que haya malos rollos entre vosotros, como cuando estaba con Jannie.
- ¿Cómo que con...? Espera... ¿Te gusta Lau? - mis mejillas e tiñeron de rojo mientras yo asentía - Ya me lo imaginaba. Solo hay que fijarse en cómo la miras.
- ¿Tanto se nota?
- Tío, se ve a mil leguas. Pero yo que tú me daría prisa en declararme.
- ¿Por qué?
Se señaló a la oreja, indicando que escuchase la conversación que estaban teniendo Miguel y Lau.
- Pues algún día podríamos quedar, así podrás conocer a la gente de la zona. Son muy majos todos - espera... ¿Miguel estaba intenando ligar con ella? Decidí intervenir
- Sí, los cuatro, algún día. Miguel, ¿puedo hablar contigo un momento?
- Claro.
Se dirigió hacia la habitación donde estábamos hablando Alex y yo, mientras étse se iba; tenía que ir a casa.
- ¿Qué pasa?
- Lau es mía.
- ¿Qué?
- Lo que oyes. He oído como hablabas con ella y... No es igual al resto de líos de una noche que tienes tú. Ella es... Amable, auténtica...
- Vale, vale. Te dejo pista libre.
- Gracias tío.
- No hay de qué. Pero ésta noche no le digas nada. Te recomiendo que estreches más tu relación amistosa con ella.
- Muy bien. Te debo una.
- Sí, los cuatro, algún día. Miguel, ¿puedo hablar contigo un momento?
- Claro.
Se dirigió hacia la habitación donde estábamos hablando Alex y yo, mientras étse se iba; tenía que ir a casa.
- ¿Qué pasa?
- Lau es mía.
- ¿Qué?
- Lo que oyes. He oído como hablabas con ella y... No es igual al resto de líos de una noche que tienes tú. Ella es... Amable, auténtica...
- Vale, vale. Te dejo pista libre.
- Gracias tío.
- No hay de qué. Pero ésta noche no le digas nada. Te recomiendo que estreches más tu relación amistosa con ella.
- Muy bien. Te debo una.
Los dos salimos para seguir con la súper noche, pero Lau se tenía que ir, así que la acompañé a la puerta. En cuanto la cerré, volví con Miguel, que me miraba con una cara de pervertido.
- ¿Qué?
- Estás perdidamente enamorado.
- ¿Perdidamente...? ¡No, tío! Solo me gusta un poco.
- Ya, claro.
Continuamos la noche de chicos hasta que mi amigo se fue a casa. Cuando ya se había ido, me metí de lleno en la cama; había sido un día muy intenso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario