Con todo el rato que estuve con el proceso de teñido del pelo y los vídeos que vi, no me di cuenta de la hora que era: las nueve. Madre mía. No pude ir de compras y seguro que todos los supermercados estaban cerrados. Al carajo mi comienzo de dieta. Pedí una pizza a domicilio y me puse a jugar un rato a la PS3. Exacto, me encanta jugar a videojuegos. Podría decirse que soy una gamer, pero no tengo suficiente experiencia para llamarme así. Estuve media hora jugando a Lara Croft: Tomb Raider hasta que llegó mi cena, la cual me zampé solo un cuarto y el restó lo dejé en la nevera.
Ya eran las once de la noche, así que me fui a la cama, ya que mañana era lunes y tenía que ir a trabajar. Me puse el pijama, que consistía en una camiseta de hombre más grande que yo misma y unos pantalones de chándal. Apagué todas las luces de la casa, me incorporé en mi cama y cerré los ojos, para caer instantáneamente en los brazos de Morfeo.
Un grito en mitad de la noche me despertó de golpe. Miré mi despertador y eran las cuatro de la mañana. Obviamente no eran horas de gritar, así que cogí la escoba que tenía al lado y di golpes lo más fuerte que pude en el techo con el palo. Seguidamente, me volví a dormir.
Por la mañana el sonido del despertador interrumpió mi sueño. Medio dormida desayuné un vaso de leche con cacao en polvo, me vestí con la ropa para trabajar, me maquillé y me fui directamente al bar.
La rutina de cada lunes estaba intacta: llegaba, me ponía el delantal, me preparaba un café para despertarme, atender a los pocos clientes que llegaban a las ocho de la mañana para desyunar, sentarme cada vez que el bar estaba vacío, y luego un pequeño descanso junto con David y Ana, que era a esa hora a la que llegaban para trabajar. Ésta última es mi mejor amiga. Nos conocimos en la escuela, fuimos compañeras de habitación y nos llevamos bien. Luego, cuando terminó los estudios, pidió trabajo en el bar, el cual consiguió, y lleva trabajando para pagar un viaje a EE.UU. y que despegue su carrera de actriz.
Ana es la mejor amiga que se puede tener: amable, comprensiva, dura cuando lo tiene que ser... vamos, lo que se dice una mujer independiente. Aunque a primera vista no lo parece, ya que es una cabeza más baja que yo, con unas gafas de pasta que tapan sus ojos verdes, aunque también lo hace su pelo marrón claro.
En cuanto termina el descanso es cuando empieza lo duro: la gente viene a comer, aunque también a almorzar, a tomar algo... vamos, que se llena el bar entero, y David, Ana y yo, los camareros, no tenemos ni un segundo de descanso.
Luego termina mi turno, me voy a mi casa y descanso mientras como algo. Aquel lunes era la pizza de anoche. Mientras comía, me puse a mirar vídeos. El único nuevo que había era uno de Geometry Dash del rubius, así que lo vi el primero. En mitad del vídeo emitió tal grito que me tuve que quitar los cascos para no quedarme sola. Curiosamente, ese grito ya lo oí antes, más concretamente anoche, a las cuatro.
Seguramente el vecino de arriba era un súper fan que lo veía justo cuando salía y se lo puso a todo volumen.
En cuanto terminé de comer, me dispuse a grabar un nuevo vídeo, para mis suscriptores.
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