- Vaya... - suspiré a la vez que se sentaba a mi lado de cara a mí - ¿En serio... Te... Te gusto?
Una sonrisa se esbozó en su cara. Miró sus manos unos segundos, las cuales estaban entrelazadas en su regazo. Instantes después subió la mirada y me miró a los ojos.
- Em... - se rascó la nuca - S-sí. Siento mucho haber hecho eso, no debería haberlo hecho. Ahora me iré, y haré como si esto no hubiera pasado...
- No.
Le detuve cogiéndole del brazo antes de que llegara a la puerta.
- ¿No?
- Exacto, no.
- ¿Por qué?
- Por esto.
Me acerqué a él y le di otro beso, igual de apasionado, pero más corto. En cuanto me alejé, bajé la cabeza.
- Tú... Tú también... Me gustas.
Me levantó la cabeza cogiendo mi barbilla con los dedos índice y pulgar, pudiendo ver su amplia sonrisa.
Volvió a acercarse y posó sus labios en los míos.
Apoyé mis manos en sus hombros y las entrelacé, mientras él sujetaba mi cintura. Cada vez nuestro beso se intensificó más y más; yo acariciaba su pelo mientras él pasaba su mano delicadamente por mi espalda.
En el momento más inoportuno, el estribillo de equinox de skrillex sonó a todo volumen: estaban llamando a Rubén. Se separó de mí con una cara de frustración y cogió el teléfono.
- ¿Sí? Vale, ya voy - colgó y me miró -. Em... Me tengo que ir.
- Bueno, vale.
- Cuando vuelva... Hablamos, ¿vale?
- No hay nada de que hablar - respondí con una media sonrisa
- ¿Ah, no? - preguntó con una sonrisa ladeada
- Pues no.
Me volví a acercar y le di un pequeño beso.
- Nos vemos luego.
- Vale. Adiós.
Y se fue por la puerta. Me senté en el sofá suspirando. Estaba... ¿saliendo con Rubén?
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