domingo, 16 de agosto de 2015

CAPÍTULO 4 | El vecino gritón

- ¡Hola a todos! Como veis, éste no es mi sitio de grabación habitual. Lo que pasa es que... ¡me he mudado! Sí, ya no vivo en ese pisito cutre que no había espacio ni para estar de pie. Ahora puedo hasta bailar. Bueno, el tema del que voy a hablar hoy, es...
- ¡Soy una princesita con una cara de puta!

Paré de grabar. Gracias al vecino de arriba, tendré que volver a empezar. Antes de hacerlo, golpeé otra vez el techo con el palo de la escoba, indicando que necesitaba silencio. Volví a empezar, esta vez sin interrupciones, y me puse a editar el vídeo. Salió perfecto, y lo colgué nada más terminarlo.

Me estiré en la silla, me vestí y me dirigí directamente hacia el supermercado antes de que cerrara, ya que eran las ocho de la tarde. Compré comida suficiente como para alimentar a una familia entera, pero eso era lo mejor, porque así no se tiene que ir de compras muy a menudo.

Cuando estaba subiendo las escaleras, oí otra vez los gritos del vecino de arriba, así que subí un tramo más y llamé al timbre. Esperé, volví a llamar y no salía nadie, así que volví a mi casa.

Pasó un mes desde que me mudé a esta casa, y ha sido lo mejor que me ha podido pasar. Grabé un montón de vídeos, pasé a tener tres mil suscriptores, me aumentaron el sueldo... pero no conseguí ningún papel para nada. Ni una película, ni una obra de teatro, nada. Lo peor es que el vecino se pone a gritar y a ver vídeos del rubius a todos volumen y el palo de la escoba se me partió, así que cada vez que grita más de la cuenta, subo y llamo al timbre, pero nunca contestan. Le podría poner una denuncia, pero no quiero darle ese dolor de cabeza, y menos a mí.

Espero que no haya ningún infortunio, porque creo que me quedaré a vivir ahí para siempre.

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