miércoles, 26 de agosto de 2015

CAPÍTULO 7 | Nuestro gran secreto

Me desperté con el sonido del timbre. ¿Quién podía ser a éstas horas? Miré el reloj y vi que no era tan pronto, que ya era la una de la tarde. Grité un fuerte "¡un momento!" Desde mi habitación, me vestí decentemente, me peiné, me maquillé y fui corriendo a la puerta. Abrí y me encontré lo que me imaginaba: al rubius. ¿Por qué lo sabía? Intuición femenina. En cuanto abrí me miró con media sonrisa.
- Laura...
- ¿Qué pasa, rubius?
- Oh, por favor, llámame Rubén.
- De acuerdo. ¿Qué pasa, Rubén? - soltó una diminuta risilla
- Mira, es que ayer se me olvidó decirte algo...
- ¿El qué?
- Es que... Bueno... No le puedes decir a nadie que me has conocido.
- ¿Qué?
- Espero que lo entiendas, es que si dices que soy tu vecino a alguien, ese rumor se puede propagar y...
- Lo entiendo, tranquilo. A partir de ahora eres el vecino de arriba. Será nuestro secreto - le guiñé un ojo, a lo que él sonrió
- Ya tenemos dos secretos entre nosotros. A ver si nos hacemos espías...

Los dos nos reímos unos segundos a carcajada limpia. En cuanto nos calmamos, le hablé.

- ¿Necesitas algo más? Tengo cosas que hacer.
- ¿Puedo preguntar qué cosas?
- Grabar vídeos, nada más.
- ¿Tu también eres Youtuber?
- Sí, pero mis vídeos son muy malos, mejor no los veas...
- Dime el canal.
- ¿Qué?
- Que me digas el canal. Seguro que tus vídeos son los mejores. Y aunque no lo sean, ya tienes un suscriptor más.
- Bueno vale, te lo escribo - busqué un papel y un boli, pero solo había un rotulador de niños negro, así que escribí el nombre de mi canal en su brazo -. Es éste el nombre.
- Mola. Hasta luego.
Y se fue, dejándome con el rotulador en la mano y mirando a la nada. Cerré la puerta y me puse a grabar un vídeo, aunque el guión lo empecé desde cero, ya que el tema de ese día era "¡He conocido a rubius!".

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